El consumo de frutas deshidratadas está de moda. Cada vez hay más oferta de este tipo de productos en los supermercados. Donde antes sólo encontrábamos arándanos, pasas y orejones ahora hay piña, kiwi, manzana, coco o mango deshidratado. Su uso se ha extendido porque ya no sólo se consumen puntualmente como topping de ensaladas, sino que muchas personas los usan como snacks, avituallamiento deportivo e, incluso, como sustituto de la fruta fresca, pero ¿son igual de saludables? ¿cuántas calorías aportan? ¿se pueden comer libremente y sin límites?
Tal y como indica a CuídatePlus Inmaculada Luengo, nutricionista dietista del Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO), “las frutas deshidratadas son frutas sometidas a un proceso de secado para eliminar su contenido en agua”. Antiguamente “se deshidrataba la fruta para que no se estropease, siendo un método de conservación ideal para aquellos sitios en los que no se disponía de fruta todo el año”.